Dr.Eam

Es un sitio oscuro... misterioso..

Estamos sentados en una mesa.. en una de las esquinas del fondo.

Tenemos una copa de algún tipo de bebida que ni siquiera he probado..

por lo que deduzco que será algún bar... pero no es ninguno en que haya estado, ni siquiera ninguno que haya visto... salvo en las películas.

Hay una vela en cada mesa, aunque apenas iluminen... crean ambiente.

La gente murmulla, puede que por respeto al Romance para piano de Mozart... que alguien interpreta en el piano de cola del pequeño entarimado central.

El camarero... ausente... repasa las copas una y otra vez, absorbido por la música, alternando la mirada entre el trasluz y ninguna parte...

No conozco a nadie...

Al mirar alrededor tan sólo puedo ver mesas, custodiadas por rostros que parecen flotar en el aire... las velas no llegan a iluminar el resto de las siluetas.

Mi mano izquierda descansa sobre la mesa...

La derecha hace rato que se quedó prendada de tu piel... y juega relajada sobre el dorso de tus manos.

Tienes la mirada perdida...

Estás en ese momento en el que se dice que dormimos despiertos.

Tus ojos no se mueven, nada de ti lo hace...

y aún así eres maravillosa...

La luz de nuestra vela acaricia suavemente tus mejillas.. apenas interrumpida por el pequeño obstáculo que supone tu nariz, y se coloca.. meticulosamente.. en tus ojos.

Casi había olvidado su brillo...

Casi habia olvidado... tu brillo...

O quizás no.. pero me sorprende tanto contemplarlo... que cada vez me parece que nunca había visto nada igual.

No sé donde he estado todo este tiempo atrás...

Ni sé donde has estado tú...

Parece que nunca.. nos hubiésemos movido de allí.

Ni quiero hacerlo.

Mezco con cariño tu mano, para hacerte volver en tí.

Y al hacerlo vuelve la vida a cada milímetro de piel que puedo ver.

Me miras.. helándome la sangre, y los escasos centímetros por los que discurren tus labios se alargan... vislumbrando un atisbo de sonrisa.

Me acerco a tí.. mientras recuperas la compostura... y con delicadeza... cierro los ojos y me sumerjo en la oscuridad de tu pelo.

Deslizando mi mejilla por tu rostro...

No existe nada parecido.

Hasta que toco fondo... colocando mi barbilla sobre tu hombro.

Me dejo inundar por el calor que desprendes...

Por tu aroma...

Noto como todo lo que llevo guardado en el corazón... se desprende de él llegando a cada minúscula parte de mi ser...

Siento como tu delicado cuello marca.. uno a uno.. los latidos que nacen en tu pecho.

Siento como suena.. el ritmo que me da la vida...

Respiro despacio.. para no hacerte cosquillas...

Pienso en todos los días que el tiempo.. no me dejó estar así.

En todos los momentos en los que creí que no volvería a estarlo.

En cada lágrima que necesité llorar...

Es... el momento más feliz de mi vida.

Y ni siquiera has hablado...

Ni siquiera me has tocado...

Ni tampoco.. me has besado.

Las velas se apagan...

la música se detiene...

el calor desaparece...

y mi mano... ya no te encuentra.

Ya ha amanecido, debo despertar...

No paso las noches.. en espera del nuevo día...

Paso los días... en espera de una nueva noche...

Para poder soñar...

Y reunirme contigo...

En el que es nuestro rincón...

En el que es tu lugar...

En el que es mi momento...